EL PASO (NOTAS HISTORICAS DE LA RAZA ABORIGEN)




EL PASO (NOTAS HISTORICAS DE LA RAZA ABORIGEN)

        La extensión territorial que pertenece en la actualidad al municipio de El Paso, antes de la conquista de la Isla por Adelantado Fernández de Lugo, se encontraba repartida entre los siguientes cantones o señoríos:
       Aridane, cuyo principe era "de fisonomía apacible, carácter dulce y cariñoso, por lo que sus vasallos le llamaban Mayantigo", nombre que significa "pedazo de cielo".
        Tihuya, que se extendía hasta la montaña de Tamanca, siendo esta cantón uno de los más densamente poblados y sus tierras las más feráces, antes de ser cubiertas por las lavas de un volcán, que estuvo en erupción durante el reinado de Echeide. Desde entonces, los guanches, llamaron aquel monte y sus alrededores Tacande, que significa "piedra quemada".
       Aben-guareme, que comprendia desde el Charco a Tigalate. Gobernaban este cantón los hermanos Echentive y Azuguache, llamado este último así por su color moreno.
       Y por último, el cantón de Aceró, nombre que quiere decir "lugar fuerte", único cuya totalidad se halla enclavada en el municipio de El Paso, llamandose actualmente Caldera de Taburiente, la cual forma parte, parte de los montes de este Ayuntamiento. Su último principe guanche fué Tanausú, cuya actitud heróica ante los conquistadore, le ha hecho pasar a la Historia, como el más valiente y famoso de la raza aborigen.
       Entre las guerras sostenidas entre los distintos cantones y que tuvieron por escenario nuestro término municipal, tenemos la habadía entre Echentive, principe de Aben-guareme, y Mayantigo, principe de Aridane. Entre los ejércitos de ambos reyes se trabó una cruda batalla de la que salió herido en un brazo Mayantigo, teniendo que amputarselo él mismo, por habersele declarado la gangrena que le amenazaba de muerte. Posteriormente se le conoció por esta causa con el nombre de Argonoye, que significa "brazo cortado".
       Muy importante fueron tambien las batallas habidas entre Atogmatoma, principe del cantón de Hizcaguán, y su sobrino Tanausú. Atogmatoma al frente de 200 hombres fue derrotado por su sobrino a la entrada de Aceró. Pero el poderoso principe de Hizcaguán aliado con los principes Bediesta y Timalaya, vuelve contra Tanausú, quien ante el número tuvo que ceder terreno y refugiarse en lo más interior de la Caldera, desde donde batió a los aliados nuevamente causandoles grandes bajas.
       Con el fin de impedir que le llegaran refuerzos a Tanausú, Atogmatoma, apostó astutamente en el monte sus huestes que hicieron prisionero al padre de Echentive cuando estos iban en auxilio de su pariente. Indignado Echentive con la captura de su padre, renimó de tal forma a los suyos, que después de violenta batalla, logró rescatar por las armas a su padre  del poder del enemigo, pero tuvo tan mala suerte que fué herido en el único brazo que le quedaba teniendo que hacerse cargo del mando su hermano Azuguache, quien logró unirse a Tanausú librandose al día siguiente una feroz batalla que obligó al poderoso Atogmatoma a retirarse a su cantón, maltrecho y derrotado hasta el punto que temiendo que su señorio fuera invadido por sus enemigos dió fin a estas discordias casando a su hija Ticabuna con Echentive.
       En el año 1441, estando ya la Gomera en poder de los españoles, invadieron éstos el cantón de Tihuya con 500 hombres al mando de Guillén Peraza, siendo derrotados por los tihuyeros quienes les causaron grandes bajas con las piedras que les lanzaban. Los gomeros tuvieron que lamentar en esta expedición la muerte de su jefe Guillén Peraza.
       Pero ninguno de estos hechos iguala en heroismo e importancia al gesto del último principe de Aceró, Tanausú, único de la isla que no se doblegó a Fernández de Lugo, prefiriendo la muerte antes que la sumisión. Sucedió este echo el 3 de Mayo de 1493, dandose por finalizada la conquista de la Isla y su incorporación a la Corona de Castilla y tuvo por escenario las proximidades de la Cumbre Nueva, cumbre que la mayor parte del año se halla cubierta por esa maravillosa catarata de nubes que cayendo no caen, y que son como una diadema del valle.

BRAULIO MARTIN